Partimos de
Madrid una noche lluviosa. Compartimos una cena con nuestros huéspedes
argentinos, y una pareja español-alemana viendo el partido del Barça contra el Milan, muy buena onda!. Nos dejaron en la terminal de buses
y partimos en nuestro viaje nocturno hacia Sevilla en un bondi que, según Lauri sería una
porquería, y resulta que se reclinaba más que el asiento del avión en el que viajé
12 hs. contorsionada. Para nosotros, ese micro era un lujo. Pensé que era mi
noche de suerte ya que podría dormir,
pero no, ya que una anciana sentada en el asiento de atrás se quejó porque
recliné el asiendo de un micro que sale a la 1 AM en un viaje nocturno con las
luces apagadas. Qué carajo se supone que haría la vieja en ese contexto, no lo
sé, sólo sé que estaba tan cansada que esa noche sí, dormí sentada.
Al llegar a
Sevilla, Teresa nos esperaba en su casa en Bormujos, un hermoso pueblo al ladito, así que tomamos otro bondi
(bus para los amigos del más allá) hacia nuestro destino final, la casa de
Tere, quien junto a su familia, nos harían sentir mejor que en nuestra casa.
Teresa merece un apartado especial, ya que hizo de nuestro paso por Sevilla,
unos días inolvidables en todos los sentidos. Al principio nos dio un poco de
miedo, ya que pensamos que nos quería engordar para comernos en Pascua, o algo
así. Esta mujer es una excelente cocinera, y claro, una excelente comensal
también porque no le pudimos seguir el ritmo!. Nos esperó con un almuerzo
exquisito: unas albóndigas para empezar, seguidas de esa cazuelita de calamares
tremenda. Y eso derivó en una seguidilla de cosas para comer y comer, como las
tortillas (sí, con más de 2 huevos!!) y esas pizzas caseras de despedida…mmm!!
Pero no todo es comida en la casa de Tere. También es bebida hombre, joder!!
Bien al estilo español al que tan bien me estoy acostumbrando, siempre hay
cerveza. Y siguiendo con la temática alimentaria, para qué describir el momento
en el que Paco nos llevó a degustar algunas cositas típicas: entonces me comí
un caracol, y almejas, y no sé cuántos bichos más. El temita del caracol me parece
que no da para repetirlo, eso de
morderle la cabeza con sus antenitas, y tirar para afuera para despegar el
bicho de su casita y masticarlo…puaj!! Extraño las milanesas de mi vieja. Igual
estuvo muy divertido, con Tere no hay tiempo para aburrirse, ni para hacer la digestión.
Arranco
diciendo que Sevilla es un lugar especial, y tiene ese perfume que nunca me
podré sacar del bulbo olfativo o donde coño
sea que se almacene esa información. Lleno de naranjos por todas partes, y el perfume de la flor de
azahar que me hacen sentir donde quiero estar. Este lugar es una sobredosis a
los sentidos, ya que además del olfato y el gusto (como dije antes) es
indescriptible lo que se ve. Todo es una mezcla de arquitectura de tiempos de
dominio musulmán, árabe y cristiano. Para el que no entiende nada, como yo,
imagínense iglesias gigantes, patios andaluces con sus azulejos divinamente decorados,
arcadas y puentes romanos, y muchos jardines, plantas y fuentes alrededor. Lo
más lindo es perderse entre esas callecitas llenas de lugares para sentarse a
tomar una cerveza y alguna tapa, y escuchar algo de flamenco, porque estos
lugares están llenos de músicos de puta madre. La venta de souvenirs, como en
cualquier otro lugar, desborda las calles. Castañuelas, abanicos y vestidos con
volados por todos lados; y cerquita de la plaza de toros, también hay
trajecitos de torero para los más chicos que son una ternura.
La Catedral
de Sevilla es una visita obligada. Enorme, ostentosa y barroca. Una de las
cosas impresionantes que tiene es el sepulcro de Cristobal Colón, van a ver en
la foto que lo llevan 4 tipos que representan los 4 reinos de España: Castilla,
Aragón, León y Navarra (quise checkear
en el google pero me confundí más, así que supongamos que es así). Y
detrás de la Catedral, la Giralda, una torre altísima, remanente de una
mezquita, de 98 metros a la que se sube
caminando por una rampa, que te deja hecho fleco pero la vista de Sevilla recompensa el esfuerzo y quema las
calorías del chocolate con churros que tanto se consume por los pagos ibéricos.
Llegar a
Plaza España te parte la cabeza, porque este lugar es impresionante. Rodeada de
un parque gigante, se construyó este lugar para una exposición en 1927, donde
se representan todas las provincias de España. Azulejos, ladrillos, una fuente,
una lagunita y puentes. Vean las fotos porque ni me animo a describirlo, lo
único que puedo decir es que ahí nos tomamos unos mates espectaculares…
Cosas para
destacar tanto de Sevilla como de toda España: los españoles son lo más.
Cálidos, serviciales, alegres y despreocupados. Es inevitable la comparación
con nuestra patria, y cómo está todo…. Pero acá ni se les ocurre tratar al
turista como lo tratamos “nosotros”, eso que también vivimos entre otras cosas
del turismo. Todo funciona, el subte, el bondi, los lugares turísticos, y está
perfectamente señalizado, así que es imposible perderse aunque uno hable
taiwanés. Otra cosa: está lleno de bicis, bicisendas, bicitours, y todo es
bicifriendly. La gente lo usa, y los
autos no pisan ni al peatón ni al ciclista. Difícil de creer en un país donde
los porteños puteamos cuando hacen una bicisenda eh!...hay mucho que repensar.
Qué suerte
que tuvimos!! Llegamos a Sevilla en Semana Santa!! Uno de los festejos más
importantes de España, llenos de mística y demostraciones de fe (y de locura,
por qué no). La gente viaja desde todos lados para participar de los “pasos”,
así le llaman a las procesiones donde los Nazarenos de las cofradías
(congregaciones) peregrinan durante horas por las calles de Sevilla llevando la
imagen de la Virgen o patrona de su lugar. Es una movida impresionante, tanto
como los atuendos que usan. Se pasean encapuchados (y hasta a sus hijos llevan
con el “disfraz”!!). España es un país donde el catolicismo está fuertemente
arraigado, y hemos leído que hasta hace
pocos años, estos mismos peregrinos se autoflagelaban en público, hasta que una
ley lo prohibió. Qué locura!. Es tan grande el despliegue, que hasta a un agnóstico
se le pone la piel de gallina cuando pasa la imagen de la Virgen, de toneladas
de peso, cargada por cientos de personas debajo que no se ven, pero que
practican todo el año para cargar semejante kilaje (y pagan para estar allí). Otra
vez, que locura!! La fe mueve montañas (y gente, y plata…)
Nuestros
días en Andalucía terminan. Nos vamos un poco nostálgicos por dejar la casa de
Teresa, quien tan bien nos ha recibido, alimentado y cuidado en nuestra
estadía. Inmensamente agradecidos y felices, asadito de por medio, nos
despedimos de este maravilloso lugar con planes de volver. Gracias Tere y hasta
siempre!!
1 comentario:
Que Buenas Fotos!!! ese Mate Viajeroooooooooooooo!!! Chicos los Felicito!!! que lindo viaje!
Publicar un comentario