lunes, 9 de abril de 2012

Semana Santa en SEVILLA


Partimos de Madrid una noche lluviosa. Compartimos una cena con nuestros huéspedes argentinos, y una pareja español-alemana viendo el partido del Barça contra el Milan, muy buena onda!. Nos dejaron en la terminal de buses y partimos en nuestro viaje nocturno hacia Sevilla en  un bondi que, según Lauri sería una porquería, y resulta que se reclinaba más que el asiento del avión en el que viajé 12 hs. contorsionada. Para nosotros, ese micro era un lujo. Pensé que era mi noche de suerte ya que podría  dormir, pero no, ya que una anciana sentada en el asiento de atrás se quejó porque recliné el asiendo de un micro que sale a la 1 AM en un viaje nocturno con las luces apagadas. Qué carajo se supone que haría la vieja en ese contexto, no lo sé, sólo sé que estaba tan cansada que esa noche sí, dormí sentada.
Al llegar a Sevilla, Teresa nos esperaba en su casa en Bormujos, un hermoso  pueblo al ladito, así que tomamos otro bondi (bus para los amigos del más allá) hacia nuestro destino final, la casa de Tere, quien junto a su familia, nos harían sentir mejor que en nuestra casa. Teresa merece un apartado especial, ya que hizo de nuestro paso por Sevilla, unos días inolvidables en todos los sentidos. Al principio nos dio un poco de miedo, ya que pensamos que nos quería engordar para comernos en Pascua, o algo así. Esta mujer es una excelente cocinera, y claro, una excelente comensal también porque no le pudimos seguir el ritmo!. Nos esperó con un almuerzo exquisito: unas albóndigas para empezar, seguidas de esa cazuelita de calamares tremenda. Y eso derivó en una seguidilla de cosas para comer y comer, como las tortillas (sí, con más de 2 huevos!!) y esas pizzas caseras de despedida…mmm!! Pero no todo es comida en la casa de Tere. También es bebida hombre, joder!! Bien al estilo español al que tan bien me estoy acostumbrando, siempre hay cerveza. Y siguiendo con la temática alimentaria, para qué describir el momento en el que Paco nos llevó a degustar algunas cositas típicas: entonces me comí un caracol, y almejas, y no sé cuántos bichos más. El temita del caracol me parece que no da para  repetirlo, eso de morderle la cabeza con sus antenitas, y tirar para afuera para despegar el bicho de su casita y masticarlo…puaj!! Extraño las milanesas de mi vieja. Igual estuvo muy divertido, con Tere no hay tiempo para  aburrirse, ni para hacer la digestión.
Arranco diciendo que Sevilla es un lugar especial, y tiene ese perfume que nunca me podré sacar del bulbo olfativo o donde coño  sea que se almacene esa información. Lleno de naranjos  por todas partes, y el perfume de la flor de azahar que me hacen sentir donde quiero estar. Este lugar es una sobredosis a los sentidos, ya que además del olfato y el gusto (como dije antes) es indescriptible lo que se ve. Todo es una mezcla de arquitectura de tiempos de dominio musulmán, árabe y cristiano. Para el que no entiende nada, como yo, imagínense iglesias gigantes, patios andaluces con sus azulejos divinamente decorados, arcadas y puentes romanos, y muchos jardines, plantas y fuentes alrededor. Lo más lindo es perderse entre esas callecitas llenas de lugares para sentarse a tomar una cerveza y alguna tapa, y escuchar algo de flamenco, porque estos lugares están llenos de músicos de puta madre. La venta de souvenirs, como en cualquier otro lugar, desborda las calles. Castañuelas, abanicos y vestidos con volados por todos lados; y cerquita de la plaza de toros, también hay trajecitos de torero para los más chicos que son una ternura.
La Catedral de Sevilla es una visita obligada. Enorme, ostentosa y barroca. Una de las cosas impresionantes que tiene es el sepulcro de Cristobal Colón, van a ver en la foto que lo llevan 4 tipos que representan los 4 reinos de España: Castilla, Aragón, León y Navarra (quise checkear  en el google pero me confundí más, así que supongamos que es así). Y detrás de la Catedral, la Giralda, una torre altísima, remanente de una mezquita,  de 98 metros a la que se sube caminando por una rampa, que te deja hecho fleco pero la vista  de Sevilla recompensa el esfuerzo y quema las calorías del chocolate con churros que tanto se consume por los pagos ibéricos.
Llegar a Plaza España te parte la cabeza, porque este lugar es impresionante. Rodeada de un parque gigante, se construyó este lugar para una exposición en 1927, donde se representan todas las provincias de España. Azulejos, ladrillos, una fuente, una lagunita y puentes. Vean las fotos porque ni me animo a describirlo, lo único que puedo decir es que ahí nos tomamos unos mates espectaculares…
Cosas para destacar tanto de Sevilla como de toda España: los españoles son lo más. Cálidos, serviciales, alegres y despreocupados. Es inevitable la comparación con nuestra patria, y cómo está todo…. Pero acá ni se les ocurre tratar al turista como lo tratamos “nosotros”, eso que también vivimos entre otras cosas del turismo. Todo funciona, el subte, el bondi, los lugares turísticos, y está perfectamente señalizado, así que es imposible perderse aunque uno hable taiwanés. Otra cosa: está lleno de bicis, bicisendas, bicitours, y todo es bicifriendly.  La gente lo usa, y los autos no pisan ni al peatón ni al ciclista. Difícil de creer en un país donde los porteños puteamos cuando hacen una bicisenda eh!...hay mucho que repensar.
Qué suerte que tuvimos!! Llegamos a Sevilla en Semana Santa!! Uno de los festejos más importantes de España, llenos de mística y demostraciones de fe (y de locura, por qué no). La gente viaja desde todos lados para participar de los “pasos”, así le llaman a las procesiones donde los Nazarenos de las cofradías (congregaciones) peregrinan durante horas por las calles de Sevilla llevando la imagen de la Virgen o patrona de su lugar. Es una movida impresionante, tanto como los atuendos que usan. Se pasean encapuchados (y hasta a sus hijos llevan con el “disfraz”!!). España es un país donde el catolicismo está fuertemente arraigado, y  hemos leído que hasta hace pocos años, estos mismos peregrinos se autoflagelaban en público, hasta que una ley lo prohibió. Qué locura!. Es tan grande el despliegue, que hasta a un agnóstico se le pone la piel de gallina cuando pasa la imagen de la Virgen, de toneladas de peso, cargada por cientos de personas debajo que no se ven, pero que practican todo el año para cargar semejante kilaje (y pagan para estar allí). Otra vez, que locura!! La fe mueve montañas (y gente, y plata…)
Nuestros días en Andalucía terminan. Nos vamos un poco nostálgicos por dejar la casa de Teresa, quien tan bien nos ha recibido, alimentado y cuidado en nuestra estadía. Inmensamente agradecidos y felices, asadito de por medio, nos despedimos de este maravilloso lugar con planes de volver. Gracias Tere y hasta siempre!!

1 comentario:

Guillermo dijo...

Que Buenas Fotos!!! ese Mate Viajeroooooooooooooo!!! Chicos los Felicito!!! que lindo viaje!

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